viernes, abril 19, 2024
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Entre los desterrados hay paramilitares y exfuncionarios al mando de Ortega

MIAMI — Confusión y desconfianza ha generado la posibilidad de que, entre los 316 desterrados, el régimen de Daniel Ortega haya enviado paramilitares y funcionarios de altos cargos de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), responsables de la represión y crímenes durante las protestas de abril de 2018. Se trata de los “encarcelados” de última hora detenidos en circunstancias poco claras un par de meses o semanas antes de la expatriación.

Hasta ahora casi ninguno de los expulsados que buscan como abrirse camino en Estados Unidos habla abiertamente del tema, pero hay desconfianza y temor sobre los posibles infiltrados señalados de crímenes a quienes Ortega habría enviado junto a opositores desterrados, a quienes les dio la categoría de expresos políticos.

El comentarista político y expreso político Jaime Arellano, quien se encuentra en recuperación de su salud tras salir de la cárcel y obligado al destierro, habló del tema y de la publicación de un comunicado en nombre de los 222 expresos políticos, un documento cuya elaboración no le fue consultada, tampoco sabe quiénes lo firman.

Una fuente que integra el grupo de los 316 desterrados que prefiere mantener su identidad en reserva porque su familia está en Nicaragua, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS que el régimen sandinista fue quien entregó el listado de los presos políticos a Estados Unidos, la condición para la liberación habría sido o “todos o ninguno”.

“En ese grupo estaban al menos siete de los paramilitares y funcionarios del poder judicial de la dictadura”, dijo la fuente. Las negociaciones habrían iniciado en las primeras semanas de enero. Algunos de los nuevos pasaportes elaborados para los desterrados fueron emitidos por Migración y Extranjería cinco días antes del destierro, válido por 10 años.

Algunos de los nicaragüenses desterrados han denunciado ante el Departamento de Estado la presencia de personas que participaron en la represión como el caso de Marlon Sáenz, alias el “Chino Enoc”, un paramilitar confeso sobre su participación en la limpieza de los tranques, quien habría caído en desgracia por criticar a Rosario Murillo, la esposa de Ortega y vicepresidenta designada.

“No nos utilizaron porque fuimos conscientes, porque pasamos diciendo como tres meses comandante denos la orden y los descachimbamos, nosotros mismos se lo pedimos, no nos utilizaron, fuimos conscientes”, dijo el Chino Enoc al diario La Prensa en abril de 2022.

Y aunque Ortega en su discurso del 9 de febrero, horas después de la expulsión de los primeros 222 nicaragüenses, dijo que Estados Unidos se negó a recibir a cuatro de los presos políticos, la fuente aseguró que la información que han recibido del Departamento de Estado es que fueron parte del grupo de desterrados.

DIARIO LAS AMÉRICAS consultó al Departamento de Estado sobre las declaraciones del dictador, pero no hubo respuesta. Sin embargo, la fuente cree poco probable que Estados Unidos los haya rechazado.

Los cuatro presos políticos que según el dictador sandinista habrían sido rechazados son: Eliseo de Jesús Castro Baltodano, de 60 años; Walder de Jesús Ruiz Rivera, de 39 años; Jaime Navarrete, de 37 años; y el abogado José Manuel Urbina Lara, un férreo opositor de Ortega reconocido porque en 1993 se tomó la embajada de Nicaragua en Costa Rica para exigir la destitución del entonces jefe del Ejército, Humberto Ortega, hermano de Daniel Ortega, ambos señalados de crímenes de lesa humanidad durante la primera dictadura sandinista.

Urbina Lara no podría ser rechazado por ese hecho debido a que entre los desterrados Estados Unidos aceptó a Dora María Téllez, una exaliada de Ortega, a quien antes le había impedido la entrada al país por considerarla “terrorista” por su participación en el asalto al Palacio Nacional en Nicaragua, en agosto de 1978, en el que secuestraron a altos funcionarios del régimen de Anastasio Somoza, a cambio de la liberación de guerrilleros y un botín de 10 millones de dólares. La acción dejó cuatro muertos.

El opositor en el exilio, Christian Martínez, asegura que las estructuras de Inteligencia sandinista son dirigidas con el apoyo del régimen cubano igual que sucedió en la década de los 80.

Para Martínez, el destierro fue la oportunidad de Ortega y de Murillo para enviar infiltrados entre los expresos políticos.

La estrategia de Ortega

Consultado sobre el tema, el reconocido comunicador y expreso político, Jaime Arellano, quien recientemente denunció en su cuenta en Twitter que él y un grupo de expatriados no fueron consultados sobre la publicación de un comunicado suscrito por los 222 desterrados por Ortega.

“No sé quiénes son, ni quienes los coordinan, nadie tiene derecho de hablar por todos los verdaderos presos políticos”, acotó.

“Soy de la opinión de que todo mundo tiene derecho a hablar, pero nadie puede atribuirse hablar por todos cuando no ha habido consultas ni consenso”. Por su publicación fue criticado por grupos afines al sandinismo disidente.

Tampoco tiene dudas de que en el grupo de los 222, vinieron infiltrados a Estados Unidos.

“Es una combinación de dos cosas: Primero, vinieron gente infiltrada, que quieren hacerse los grandes opositores; dos, siempre hay una estrategia de hacer creer que uno necesita a los sandinistas arrepentidos o a los sandinistas ortodoxos para poder derrotar a Ortega, no estoy de acuerdo con eso, creo que cada uno tiene que luchar a la par de las personas que tienen la misma ideología, principios, y creencias. No es unámonos todos sin tomar en cuenta qué piensas, lo que has hecho, tu historial, con tal de derrotar a Ortega. Lo mismo decían, después de Somoza cualquier cosa, al final nos salió el diablo”, refirió en alusión a lo sucedido en 1979, cuando se buscó salir del régimen de Somoza sin investigar los antecedentes del sandinismo, quienes asumirían el poder y sus vínculos con la dictadura de Cuba.

“El Frente Sandinista siempre ha sido muy hábil para infiltrar y mandar gente para espiar o hacer noticias como el caso de Orlando Tardencilla en la los años 80, que dijo a EEUU que quería denunciar todo lo que estaba pasando en Nicaragua y cuando llegó a Washington dijo en una conferencia de prensa que lo habían secuestrado y que apoyaba a la revolución sandinista, y lo enviaron de regreso de Nicaragua. Tengo serias dudas, soy bien escéptico con un sin número de personas que vinieron en ese vuelo para mí no se merecen el trato que se debe dar a los verdaderos presos políticos”, apuntó.

Tardencilla, asesor de Ortega, fue condecorado recientemente por el dictador con la “Orden Augusto César Sandino en su máximo grado” el pasado 21 de febrero, junto a miembros del Consejo Supremo Electoral quienes le han garantizado los fraudes electorales a Ortega.

“No tengo pruebas sobre quienes o no vienen infiltrados, pero hay personas que consideró en base a mis conocimientos o personas que claramente como el Chino Enoc, que es un asesino confeso porque él mismo dijo que mató en la operación limpieza de los tranques, que volvería a matar, que se siente orgulloso y que volvería a matar por Ortega. Él cae preso no por ser opositor a Ortega sino por sus críticas a la esposa de Ortega. Que a asesinos confesos los pongan como presos políticos creo que es una ofensa para los que estuvimos presos, para los que estuvieron desde 2018, y para los que siguen en la cárcel en Nicaragua”.

También señaló a los altos funcionarios de la Corte Suprema de Justicia. “Fueron parte de los juicios amañados y las violaciones al estado de derecho para perjudicarnos y que ahora los pongan al mismo nivel de verdaderos presos políticos. Tengo dudas sobre la credibilidad sobre estas personas como verdaderos opositores o presos políticos, que casualidad cayeron un mes antes, cinco o tres semanas antes de que nos expulsaran a todos de Nicaragua”, apuntó.

DIARIO LAS AMÉRICAS conoció que el exasesor de la presidencia de la CSJ, Moisés Astorga, estaría coordinando a un grupo de más de 100 presos políticos, y hace las gestiones con el consulado de España que ofreció ciudadanía a los desterrados.

Aparentemente Astorga cuenta con los recursos para la organización y estaría pidiendo la información de los expresos políticos.

Nicaragüenses han solicitado al Departamento de Estado investigue el tema de los presuntos infiltrados.

Recuperación

Arellano, que conducía un programa matutino de análisis político, fue detenido el 24 de julio de 2021, fue condenado a 13 años de prisión por el régimen sandinista.

Durante su encarcelamiento perdió 110 libras, sufrió un preinfarto y también un leve accidente cerebrovascular, no recibió asistencia médica especializada y eso ha dejado repercusiones en su salud. “Me dejó una tartamudencia que gracias a Dios se va reduciendo, padecía dolores de cabeza las 24 horas del día, mareos, tembladeras en las manos”, relató.

Tras arribar a Washington fue llevado a un hospital donde inició el proceso de atención médica y recuperación. Actualmente se encuentra en Tampa donde es atendido por un neurólogo, “estoy en tratamiento”, reveló.

Afortunadamente las secuelas que presenta son reversibles con atención médica y terapia.

“Creo que la pérdida de las 110 libras de peso en parte me ayudó y me mantuvo vivo, después de ser un gordo gordísimo ahora soy un medio gordo”, dijo en medio de risas.

“No tengo porque avergonzarme, gracias a Dios que estoy con vida y el respaldo de mi familia que me mantuvo con ganas de vivir”, aunque recuerda hubo momentos de tristezas porque el costo de luchar por la libertad de Nicaragua no estaba pagando directamente su familia, “ellos pagan las consecuencias también”, aseveró.

Lo que más le dolió fue ver la angustia de su esposa que no podía hacer nada para ayudarlo cuando estaba enfermo. “Mi papá murió cuando yo estaba preso no me permitieron saber de él ni acompañarlo a su última morada. Tengo dos nietos, que hasta ahora los pude conocer porque no me permitieron ningún tipo de comunicación con ellos, y lo que más me duele lo que sufre la familia”, dijo con voz entrecortada.

Arellano, es un hombre que habla claro y directo, eso le ha ganado amigos y no simpatizantes, pero su programa era uno de los de mayor audiencia. Aún no decide si regresará a la pantalla, es una decisión que tomará con su familia una vez que recupere su salud. Sin embargo, no niega el deseo de retornar.

Fuente: Diario las Américas

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